domingo, 19 de abril de 2009

La vida, de nuevo, tras los ojos de una niña

Carmen no levanta más de metro treinta del suelo. Es una niña saladísima y tiene unos ojos azules preciosos. Es pequeña, pero más pequeño es su perro, es un perropatada en toda regla, le encanta tenerlo en el cuello… y echarle la bronca cada dos por tres porque no para de andarle con el pelo. Con razón, porque ella no para de hacerle perrerías.

Carmen sabe mucho de animales, sobre todo de caballos… su preferido es “Campanero” y ella misma les pone los nombres. Viene con su padre casi todos los fines de semana a cuidar de los animales. Ella no los cuida, pero habla un montón con ellos y se lo sabe todo… ¡todo!. Hoy me ha contado que tiene muchísimas ganas de conocer cómo saben los huevos que pone la mil flores… Hasta me ha tenido que explicar qué gallina era, inculta de mí que no sabía cuál, es la que tiene tres colores… blanca, negra y marrón, aunque ella no los viera; porque Carmen no ve.

A veces, me recuerda a mí de niña, me encantaba ayudar a mi padre en el campo, él segaba y yo le hacía los montones… aunque la mitad del tiempo me entretenía cogiendo mariquitas y haciendo perrerías a lo que fuera que encontrara.



¡Buena semana!


ITEM: Sí, siguen gustándome estas pedazo de pasteladas horteras.

1 comentario:

  1. Cómo se imaginará Carmen los colores?... o lo que es más impactante: cómo puede imaginarse ella que son?...
    Creo que es una de las cosas que me resultan más crueles: pasar por la vida a oscuras... que sí, que desarrollan otros sentidos y blablabla, pero es injusto igual...

    Besinos mañaneros, lazarilla

    PD I: No encuentro el libro... seguro que no lo has soñado, petarda??

    PD II: tronca, cómo te atreves a subir esas canciones???... sabes que así se pierden puntos??...jor, jor, jor, jor...

    Más besos!!

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