jueves, 30 de septiembre de 2010

Introspección o sueño con 5 palabras.

Abrazar con las manos la taza, reposar la mirada en el vapor efímero que la abandona. Cerrar los ojos e irse con él. Fundirse en él y escapar del antojo del racionalismo emocional. Ser uno y extenderse hasta que el propio cuerpo no sostenga la posibilidad de ser continente de si mismo. Crecer. Ocupar el espacio que rodea la sala, porque los sentimientos aúnan en sí propiedades del estado gaseoso, la de amoldarse a la habitación y la vida que los contienen y otras menos importantes: seremos tanto como queramos. Seremos en la medida que queramos ser.

Y caerá la noche tenue y oscura, sentiremos el peso del cielo sobre la cabeza empujándonos más y más hacia el suelo. Y cuando estemos llenos de vida o a rebosar de sensaciones, tendremos la sensación al cerrar los ojos con fuerza, de abrir vetas en la piel por las que nos disparemos a nosotros como una bala. Haríamos una guerra preciosa o el amor sin tocarnos.

Y seremos de nuevo otros distintos a los de ayer, ahora pequeños, canijos, rotos… más vividos. Y se oxidarán los huesos y la fricción de la vida hará hendiduras en las articulaciones. Dilatarse y contraerse al ritmo de las emociones. Bypass de un uso. Tambalearemos la sinergia del cuerpo: la mente a un lado, el cuerpo al otro y el corazón en la mano. Axioma de vida. Sueño.

Díkaios

Mi padre anoche cenó cómo un Señor y trabajó como un cabrón todo el día. Hoy que "ya no era huelga" me vino a depertar y me dio un abrazo antes de ir a trabajar, aunque siga en crisis.

Al insomnio de anoche mi Señora Madre atribuye una conciencia no demasiado tranquila, yo sigo pensando que problablemente, es que no duermo bien por culpa de algún sindicato. Escéptica yo, ni me creo nada, ni me lo creo todo. Ni lo de ella, ni lo de los otros señores, los de la "dike" o justica.

Podríamos hacer un poco sofismo de nosotros mismos, y ante los tabúes y los temas de preguntas y respuestas contradictorias y diversas, dirigir los esfuerzos hacia otro lado. Ayer en el gimnasio éramos todos presocráticos, un millón de respuestas pero ninguna prevaleciendo sobre otra. ¿Es, entonces, un gasto inútil de tiempo y de energía? Enervarse en una discusión que no va a conducir a ningún lado sólo al autoconvencimiento y a pasar un rato entretenido. Para el autoconvencimiento prefiero a Coelho y para el rato entretenido un poco de lectura, una buena peli y un cafetín con esa tia/sobrina/nieta/cuñada que tienes un poco abandonada desde que el Corte Inglés te dijo que era el día de la sobrina/la nieta/la abuela o la concuñada.

Y ante la concatenación y bullicio de ideas si demasidado fundamento y desconocimiento de causa "El ser humano es la media de todas las cosas", que no lo justifica todo pero ayuda a digerirlo un poco. Cómo me gusta este Protágoras, se nota que era griego, como los sindicatos.

lunes, 27 de septiembre de 2010

At home, at ti

No sería de este planeta volver a casa y no sentirse inusitada... como tampoco lo sería sentarse en la Basílica de Nothre Dame de Québec y no sentirse reflejada, plasmada y desnuda ante los vidrios coloreados de las bóvedas, las cúpulas y los techos. Tras ello, era predecible mi capricho de abrir las esclusas del canal Rideau, que retienen y previenen el embalamiento de las aguas sobre el rio Ottawa... una gran "llanura abisal" cristalina. No hubiera sido demasiada buena idea hacerlo; aún así, he vuelto sin exclusas y mis aguas fluyen bravas y sin retenciones. En la turbulencia que llevo adentro, me planteo si realmente el flujo laminar es de cobardes. O si lo valiente, de veras, es retenerla. Y aunque el río suene y el ruido aturda, siempre se puede hacer silencio de una y enamorarse del sonido de Montreal, o lo que viene a ser lo mismo por el principio de identidad, = a disfrutar de un concierto en la Maisson du Jazz.
En Kingston me acordé de ti, como en otros muchos momentos del viaje. Te eché de menos al visitar las Thousand Islands, por aquello de lo de tus mil vidas. Y encima hoy es tu cumpleaños, será un año de cambios para ti, pero nada que ver con 1835, el año de tu tercera teta.
Las cataratas de Montmoncery fueron sólo el aviso de la belleza de las del Niágara. Aunque peor emplazadas y con menos altura y caudal me enamoré de lo virgen del paisaje. Nada que ver con la influencia yanki y el horroroso walking around de las otras. Y la culpa de todo, al final, de Pepe Botella... eso se aprende con las guías de viaje baratas de Anaya. Y hablando de Botella... ¿quién dijo que en Toronto no se salía de fiesta? A vosotros os eché de menos en esa tesitura.


Me embaucó del todo el concierto con preaviso en el Drake Hotel. Era una de las pocas cosas que iba preparada before de trip y una de las muchas que me dejó sin palabras. Como tu buen humor y lo que te gusta hacer el payaso, sardinilla. Y de los miedos, las fobias y las barreras ya ni hablamos. También, Nueva York era demasiado grande y yo demasiado reacia a ella, pero no como para perderme en sus calles contigo, o para no rascarme la coraza y dejarte entrar, without de ligther, aunque te pongas mala leche porque nunca llevo fuego encima. Y al salir del bullicio de NY city y ver la ciudad caótica e inestable dormir estática y tranquila, volverse serena, llenarse de calma. Una de las imágenes de las de sostener en la retina.
Vuelvo a ser aborigen de mi casa, de mi vida y la rutina, pues lo cierto es que llegar a casa no es lo mismo que sentirse en casa... me siento en casa. Quizás ayude la botellita de vino y la mariscada de bienvenida que en absoluto me esperaba, con una tortilla de patata, mamá, hubiera sido demasiado. Y no tengo jet lag, haber dormido mucho hoy es la excusa para descontar las horas para el reencuentro contigo. Y volver a oirte "¿no?", aunque sea desde el Sur del Sur. Seguro que al igual que yo, has pensado en estirar el brazo derecho para traerte a Asturias, de la mano, a mi hermana.








jueves, 23 de septiembre de 2010

Me gusta tu terraza


Quizas no hubiera hecho falta nada mas que la foto.
Nunca nadie me habia felicitado la entrada al Otono de esa manera:
la vuelta a la rutina y tu en ella.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Exponme con quién deambulas y auguraré tu idiosincracia.

Doblar cada esquina de las entresijadas calles de Quebec, esperar verte aparecer y desesperar buscándote en las calles llenas de colores, de flores, de olores, de música y de casas bajas, como las que quedan pendientes en Sevilla. Doblegarse ante la nimia intuición de que puedes ser tú. O no y quedarme sólo (gracias Sirio) con las viejas historias de estrellas. Y no es poco.

Impresionante Quebec. Impresionante tú. Impresionante ésto y mi cara cada vez que leo noticas tuyas.