sábado, 28 de agosto de 2010

Sucumbir al gin-tonic entristece las despedidas más amargas.

Touchè.



2 comentarios:

  1. Sabes, me da pena. Nos hacemos grandes y supongo que cuesta. Decirse adios...¡no mola!
    ¿Mejor un gin-tonic y hasta mañana?
    Buen viaje y como dice Alejandro, que se haga corto cualquier adios

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  2. Ya lo metí en la maleta :-)
    Cuídate y cuídamelos. Volveremos a cenar ahí con la misma complicidad y en la misma mejor compañía (y el Rueda).
    Te quiero mucho, melona.

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